1.5 LA INVESTIGACIÓN Y EL INVESTIGADOR.
Un investigador (del latín investigātor de vestīgium ‘huella, resto’) es alguien que lleva a cabo o que participa en una investigación, o sea, que lleva adelante un proyecto orientado a la búsqueda de conocimiento y al esclarecimiento de hechos y de relaciones. Los investigadores pueden trabajar en el ámbito académico-docente, industrial, o gubernamental, o también en instituciones privadas (con o sin fines de lucro), y en lo básico se dedican de lleno a la investigación científica.
La investigación es considerada una actividad humana, orientada a la obtención de nuevos conocimientos y su aplicación para la solución a problemas o interrogantes.
Dentro de la investigación, la tarea del investigador varía en forma ágil y permanente hasta el punto de considerar su quehacer cotidiano como una ciencia. Dicha tarea del investigador se puede realizar desde diferentes ángulos y tiene también diversas fuentes. En ella actualidad, el investigador analiza e interpreta el mundo circundante de nuevos conocimientos en diferentes áreas del saber y disciplinas, por lo tanto el investigador debe ser una persona con espíritu crítico, metódico, ordenado, intencionado, tolerante y respetuoso de los demás miembros de la comunidad científica y que se dediquen a la investigación.
Según lo anterior, para trazar el perfil del investigador se podrá describir su actividad como la actitud que éste posee hacia el desarrollo del trabajo científico. De igual forma, el investigador ejerce una actividad creativa y sistemática para acrecentar el conocimiento científico. En cierto modo, todos somos investigadores en cuanto a nuestra permanente curiosidad por la indagación, dudas, preguntas, el deseo de conocer y saber más, de preguntarse por qué, cómo, ante cada hecho o acontecimiento que circunda la realidad a estudiar como objeto de estudio. Pero la investigación y sus hacedores siguen un método científico y desarrollan su trabajo de manera sistematizada, señalando en gran parte el cambio que países quieren lograr, dicho cambio, de todas maneras deberá contar siempre con el investigador científico como centro gravitacional de las futuras propuestas de investigación.
Si el rol del investigador es orientar, asesorar y dirigir el proceso de aplicación del método científico a través de una metodología coherente, sistemática y reflexiva, no puede seguir pensando en transmisión simplemente sino que debe trascender a la generación de diferentes formas de interacción social, con diversos tipos de comunicación y distintas formas de acceder al conocimiento en sus disciplinas articulando el contexto en todas las dimensiones.
Aprovechando sus capacidades para ir incrementando fuentes de enlace que construyan los valores hacia la participación, el análisis, la comprensión, interpretación, argumentación y proposición.
Es importante tener en cuenta que cuando existe en el estudiante interés por aprender asumiendo una actitud reflexiva y crítica frente a los procesos de formación en metodología de la investigación ellos se convierten en agentes de cambio y transformadores de las prácticas de investigación. Por esta razón, se requiere de programas de actualización permanente que permitan la aplicación de nuevos métodos y técnicas que reivindiquen la formación en investigadores, promoviendo el desarrollo autónomo y propiciando ambientes de investigación científica para conocer y experimentar nuevas formas de conocimiento. La actividad investigadora se conduce eficazmente mediante una serie de elementos que hacen accesible el objeto al conocimiento y de cuya sabia elección y aplicación va a depender en gran medida el éxito del trabajo investigador.
Comentarios
Publicar un comentario